Con esta afirmación celebramos el Día Mundial de la Alimentación; y el vino, como alimento que es, forma parte de nuestra dieta.
Según la Ley de la Viña y del Vino, estas son «partes inseparables de nuestra cultura». Es por eso que ahora, en el Día Mundial de la Alimentación 2022 promovemos la condición de alimento del vino.
El vino y la dieta mediterránea
Desde los más antiguos testimonios gráficos de la historia, el vino forma parte de la cultura humana. Griegos, romanos y egipcios ya convivían con la vid y el vino.
De la misma forma, la dieta mediterránea forma parte de nuestro patrimonio inmaterial. Es una forma de alimentación, herencia cultural y estilo de vida equilibrado con reconocidos beneficios para nuestra salud. En ella, el vino forma parte de la pirámide de nuestra diega como un «alimento tradicional que puede tener efectos beneficiosos si se consume con moderación y en el contexto de una dieta equilibrada».
España es sinónimo de vinos de calidad y de dieta mediterránea y siempre es bueno recordar el papel que este primero tiene como alimento. En este punto podemos mencionar, además, el carácter social del vino. El vino simboliza socialmente la celebración y la alegría. Es raro no ver vino en fiestas y banquetes, así como en comidas en familia o en pareja. El poder social del vino es incuestionable, al igual que lo es en términos litúrgicos y religiosos.
El vino es un alimento
Según la Ley a la que hacíamos referencia la inicio de este post, el vino es «un alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva». Además, esta norma incluye que ha de recomendarse su consumo moderado y responsable, así como difundirse los beneficios del vino como alimento dentro de la dieta mediterránea y el fomento del desarrollo sostenible del cultivo de la vid, favoreciendo el respeto del medio ambiente, así como la fijación de la población en el medio rural.
El texto también recoge aspectos históricos, tradicionales y culturales de los vinos españoles; en particular, sus peculiaridades específicas de suelo y clima que influyen en ellos. La ley sugiere la recomendación de consumo moderado y responsable del vino, así como la difusión de los beneficios del vino como alimento dentro de la dieta mediterránea.
A nivel nutricional está compuesto por agua, alcohol y otras sustancias nutritivas como minerales, aminoácidos, vitaminas y oligoelementos y, como alimento que es, nos aporta nutrientes y energía. Además tiene otras propiedades más allá del gusto. Hemos visto en numerosos posts sobre maridajes que es capaz de resaltar los sabores de los alimentos con los que se toma. Además de calmar la sed, estimula el apetito y la digestión. El vino nos aporta, además, potasio, cobre, sodio, magnesio, calcio, cromo, magnesio, fluor y hierro, así como vitaminas.
Es por eso que, siempre que sea con moderación, el vino es siempre una buena respuesta.
