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El marisco y el vino blanco

La Navidad está, literalmente, a la vuelta de la esquina. Es por eso que queremos abordar un tema que nos parece delicioso, el maridaje entre el marisco y el vino blanco.

Siempre que hablamos de marisco o de pescados, viene a nuestra mente el maridaje de una copa de vino blanco como puede ser un Verdejo de Rueda o un Treixadura de Ribeiro. Hoy descubrimos los motivos

Maridamos vino y marisco.

¿Por qué el vino y el marisco son tan buenos amigos? Al igual que la amistad, efectivamente, el maridaje dicta que ni el vino y el alimento deben restar protagonismo al otro. La frescura y la previsible delicadeza del vino blanco, lo hacen perfecto para este tipo de maridajes.

A partir de aquí entra en juego el tipo de alimento al que nos enfrentemos. Con mariscos o elaboraciones más potentes, siempre convendrá servir vinos con más cuerpo, como es el caso de los vinos blancos fermentados en barrica.

Para acompañar langostas o bogavantes, y otros reyes del mar como el pulpo, los percebes, bueyes y centollos, las opciones que te recomendamos son:

Si estamos ante mariscos de elaboración sencilla, un vino blanco fresco y joven, del año, es la mejor opción. Por ejemplo para acompañar a gambas, langostinos y bivalvos como ostras, mejillones, zamburiñas, navajas o almejas, te recomendamos:

Dicho todo esto, como siempre, terminamos recomendándote que lo más importante es disfrutar del momento, de la compañía, del vino y de la comida. Disfruta mucho de estos días y, por supuesto, ¡FELIZ NAVIDAD!

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