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El estrés hídrico en el viñedo

En los tiempos que corren, hablar de estrés es algo bastante habitual (por desgracia), pero hablar de estrés en las plantas… ¿es una locura? Rotundamente no.

Puede que no lo hayas escuchado nunca, o que de refilón te suene de algo. Hoy vamos a tratar un tema muy propio del viñedo: el estrés hídrico

¿Qué es el estrés hídrico?

Técnicamente, se produce estrés hídrico, cuando la demanda de agua por parte de la planta es menor a la oferta, es decir, a la cantidad de agua disponible durante un periodo. Es posible que este estrés hídrico se produzca de forma natural, provocado por el propio sistema, o que, de lo contrario, sea el hombre el causante de dicho estrés.

En el cultivo del viñedo, es muy habitual provocar dicha situación de estrés hídrico, reduciendo la cantidad de agua dulce disponible para el riego del viñedo.

Está claro que el viñedo es una planta, y como tal, un aumento controlado del riego favorece el desarrollo de la misma y por lo tanto incrementará su producción. Pero, ¿siempre es bueno aumentar la producción al máximo? La respuesta es claramente: NO.

El estrés hídrico provocará una mayor concentración, tanto de azúcar (que se transformará en alcohol), como de polifenoles, que darán como resultado una menor producción de uva pero de mayor calidad.

Efectos del estrés hídrico.

Alguna de las consecuencias que pueden derivarse del estrés hídrico en el viñedo pueden ser:

  • Menor crecimiento vegetativo del viñedo
  • Favorece la insolación de la planta
  • Aumento de tanto por ciento de polifenoles, antocianos y de azúcar
  • Mejor color del vino
  • Disminución de la producción, del peso y del tamaño de la uva
  • Menor rendimiento del viñedo

La clave está en el control absoluto de la cantidad de agua de la que dispone el viñedo para obtener mejores uvas para la elaboración de vinos de calidad.

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