Existen pueblos y lugares que parecen haber sido creados para ser testigos del nacimiento de grandes cosas. Rioja es, sin duda, uno de estos lugares… Hablar de Rioja es hablar de grandes vinos, pero también es sinónimo de una tierra bendecida con paisajes únicos . Esta semana nos vamos a Rioja y visitamos a Arancha, responsable de enoturismo de Bodega Carlos Moro, que nos recibe en el impresionante calado de la bodega riojana…
Existen pueblos y lugares que parecen haber sido creados para ser testigos de la creación de grandes cosas. Rioja es, sin duda, uno de estos lugares… Hablar de Rioja es hablar de grandes vinos, pero también es sinónimo de una tierra bendecida con paisajes únicos con una historia que contar. Esta semana nos vamos a Rioja y hablamos con la responsable de enoturismo de Bodega Carlos Moro, Arancha Gutierrez que nos recibe en el impresionante calado de la bodega riojana…
Hablar de enoturismo no es sólo hablar de vino, sino de la historia de un lugar, cultura, paisaje, gastronomía y hasta de las costumbres de sus gentes. No resulta extraño escuchar a los habitantes de zonas vinícolas decir frases de lo más exóticas para el resto de los mortales como “mañana quedamos para tomar unos vinos” ó “este señor es de aquí de pura cepa”.
En regiones como La Rioja, además de todo lo anterior, el lenguaje se adecua a los hábitos de sus gentes.
Enoturismo en La Rioja
Donde fueres haz lo que vieres, dicen, y por eso la gastronomía del lugar es algo a destacar en todo viaje que se precie. No puede faltar en tu visita a esta región una comida a base de platos típicos de la zona: de primero patatas a la rioja para continuar con unas chuletillas asadas al sarmiento. De postre unas peras al vino ¡Cómo no! Porque aquí el vino es lo imprescindible.
El vino lo que conecta todo:
- Unos paisajes de viñedos interminables por los que pasear y que invitan a relajarse.
- Disfrutar de una conversación con un nativo del lugar mientras tomas una copa de un buen vino. Y es que los riojanos están considerados los habitantes más acogedores de España. Su ubicación en un cruce de caminos hacia País Vasco, Navarra y Castilla y León hace que sea su costumbre recibir a visitantes y ajenos con los brazos abiertos. Además les encanta compartir su sabiduría con todo aquel que les quiera escuchar.
- El los monumentos y los restos arqueológicos desvelan que en el pasado la vid fue una parte importante para sus gentes. En San Vicente de la Sonsierra hay mucho de eso: desde lagares rupestres, necrópolis, dólmenes, eremitorios, castillos, torres, chozos, guardaviñas y antiguas bodegas. Y todo ello emerge entre viñedos a los pies de la Sierra Cantabria.
- Los macanes (gentilicio de San Vicente) son gente con carácter y para ellos lo más importante de todo es cuidar su tierra y sobre todo sus raíces. Se han encargado de ello durante siglos. Mientras el nuevo sistema de plantación de uva, la espaldera, se extiende cada vez más, aquí se sigue manteniendo el viñedo en vaso ¡Que la planta crezca a su aire! Además la edad del viñedo está muy por encima de la media de edad de cualquier otro lugar.
Carlos Moro Viña Garugele
El vino más exclusivo de Bodega Carlos Moro, Carlos Moro Viña Garugele es un ejemplo de ello. Proviene del viñedo con el mismo nombre, plantado en los años 40, es una de las parcelas más representativas de la bodega.
La limitada producción de esta parcela unido a su edad casi centenaria, hace de sus frutos un bien escaso de una calidad exquisita. Estamos ante un gran vino de la variedad tempranillo que se cria en barricas de roble francés y americano de suaves tostados. Las características de un terroir serrano, se expresan a la perfección en este exclusivo vino tinto.
Pero Garugele no sólo es uva y vino. También es la tradición que se ha mantenido hasta nuestros días y también el cuidado por la tierra del que os hemos hablado. Su tierra sólo es labrada por animales y humanos, sin medios mecánicos que pueda alterar su entorno, porque a los viñedos antiguos igual que a nuestros mayores hay que tratarlos con mimo. Los encargados de su labranza son Marino y Capitana, y hacen de este momento un espectáculo para quienes tenemos el privilegio de poder verlo. A un lado la viña está custodiada por el castillo de San Vicente, por el otro se alza la Sierra Cantabria.
Este lugar tan mágico nos hace entender el empeño de sus gentes de proteger esta tierra. Bastan apenas unos minutos para darte cuenta de que es un lugar único en el mundo.