En determinadas ocasiones vamos a probar un vino distinto al que estamos tomando y no tenemos una copa bien limpia a mano. También nos podemos encontrar con la tesitura de que la copa no esté recién y perfectamente limpia. Limpiar bien una copa no es tan fácil y rápido, como podemos ver en este otro post que nos explica cómo hacerlo. En estos casos envinar es la solución! Aquí te explicamos cómo y por qué hacerlo!
Cuando nos encontramos ante un rico vino y una copa que no está perfectamente limpia, a diferencia de lo que mucha gente piensa, enjuagar la copa con agua antes de echar el vino no es la mejor opción, básicamente porque esto lo que hará será “aguar” ese vino que, inevitablemente, perderá muchas cualidades organolépticas.
Envinar es poner un poquito del vino que vamos a catar en la copa y moverla con la mano de manera circular y ligeramente para que todo su interior es decir, las paredes de la copa, se impregne con ese vino.
Posteriormente, deberemos extraer ese vino de la copa para poder verter el que vayamos a degustar y que nada externo perjudique nuestra percepción. Podemos aprovechar ese vino para que otra persona, a su vez, envine su copa y cuando todos acaben ese vino se retira o se tira. Hay veces que, aunque dé pena, merece sacrificar unas gotas de un gran vino para poder disfrutar del resto como se merece. En este punto hay que recordar que la copa se envina con la cantidad mínima necesaria.
Envinar una copa suele hacerse bien cuando estamos ante un vino de alta calidad y queremos disfrutarlo con toda la intensidad y/o cuando la copa no está totalmente limpia por haber contenido otro vino en su interior, por tener algo de polvo o algún resto de la limpieza de la misma o por haber estado guardada en un lugar cerrado, en estos casos se envina para liberar la copa de aromas o posibles sabores extraños que no nos son del todo agradables.
En cualquier caso, se envina para poder disfrutar de la mejor manera posible de ese gran vino y todas sus cualidades.
