De la misma forma que existe una forma correcta de poner la mesa o servir alimentos, también existe una extensa lista de normas de protocolo a la hora de servir el vino. ¿Conoces las normas de protocolo a la hora de servir el vino? Hoy te lo descubrimos.
El mundo del protocolo no se ha olvidado de la sumillería y del servicio de vinos. Como acabamos de decir, al igual que existe un protocolo a la hora de poner la mesa, también existe a la hora de servir el vino. Son normas que se usan más o menos, pero que, si estamos ante una comida muy formal, si suelen utilizarse. ¿Las conocías? ¿Estás de acuerdo con todas?
La elección del vino.
Es muy común que, en un restaurante, nos ofrezcan una carta específica que contenga las referencias de vino disponibles en la bodega del restaurante. Si eres más o menos especialista en vinos, te habrá tocado repasar estas cartas más de una vez… Una vez elegido el vino, el protocolo dicta que siempre nos han de traer el vino en posición vertical y que este debe presentarse por la derecha a la persona que lo ha elegido. Si el vino presentado es, efectivamente, el vino que hemos elegido, el camarero abrirá la botella delante de nosotros.
La apertura de la botella.
A la hora de abrir la botella, esta debe estar siempre apoyada en la mesa, y lo que girará es siempre el sacacorchos (nunca la botella). El corcho no debe perforarse totalmente ya que pueden caer restos del mismo al vino. Una vez abierta, el camarero dejará el corcho de la botella en un plato que ya deberá estar previamente colocado en su lugar.
El servicio del vino.
Para servirlo, la botella debe sujetarse por la mitad y, por supuesto, no debe apoyarse ni tocar el cristal de la copa. Se sirve un poco a esa misma persona que ha elegido el vino y esta lo probará. Si el vino es correcto se acepta y entonces ya se sirve vino a todos los comensales. La norma de protocolo dicta que primero a mujeres y luego a hombres, finalizando siempre en la persona que ha elegido el vino.
En el caso de vinos blancos, espumosos o rosados, es norma también disponer de una cubitera a un lado preparada para que estos vinos no pierdan temperatura.
Sobre la cantidad de vino que se sirve en cada copa: se llena aproximadamente un tercio de la copa si estamos ante un tinto y un poco menos en el caso de blancos y rosados, para que no se caliente el vino.
Por supuesto, si cambiamos de vino, cambiamos de copa. La copa de vino ha de sujetarse siempre por el tallo. En ningún caso se le añade hielo o gas.
