Tradicionalmente el consumo del vino ha sido más bien masculino, ya que estaba mal visto que las mujeres bebieran alcohol. No es hasta el siglo pasado cuando las mujeres, fundamentalmente de clase alta, comienzan a beber vinos ligeros como el vino blanco, el moscatel o el Oporto. Es entonces cuando el consumo de vino por parte de las mujeres se comienza a considerar como símbolo de glamour.
Según una encuesta publicada en la revista Science and Medicine realizada por la Escuela de Economía de Londres, los hábitos de las mujeres se están masculinizan y aquellas que cuentan con una mayor formación y oportunidades laborales tienden a mantener un estilo de vida más moderno y más parecido al que llevan los hombres que incluye un mayor consumo de alcohol.
Independientemente del porcentaje de consumición de vino por parte de los hombres y las mujeres, las marcas deben tener la opinión del sector femenino bastante en cuenta ya que el 80% de las decisiones de compra están tomadas por mujeres.
A las mujeres, por lo general, les suele gustar más los vinos suaves, con aromas delicados y sedosos que tengan un gusto fresco y frutal. Este tipo de vinos puede ir desde un vino blanco (verdejo, gewurztraminer, chardonnay…), un vino rosado o un espumoso…y, en el caso de los tintos, más bien prefieren los jóvenes y afrutados.
A las mujeres no solo les gusta disfrutar por dentro sino también cuidarse por fuera, y las uvas no solo pueden convertirse en forma de vino sino también en forma de cosméticos. La marca ESDOR Cosméticos lleva años innovando con nuevos productos elaborados a base de polifenoles de uva tinta tempranillo de la Ribera del Duero. Productos como el serum, el agua micelar o la crema demanos además de tener un aroma y una textura especiales, conquistan al público femenino por sus propiedades antioxidantes.
Para ellas, mujeres y madres, hay regalos que son un éxito asegurado como pueden ser las uvas en forma de vino y cosméticos, para cuidarse por dentro y por fuera.