Una de las variedades más importantes en nuestro país es tempranillo. Es versátil y capaz de adaptarse a condiciones muy diferentes.
En Bodegas Familiares Matarromera, tener esta misma variedad en cuatro denominaciones de origen diferentes (Ribera del Duero, Rioja, Cigales y Toro), nos permite elaborar diferentes vinos, sabiendo interpretar su carácter y expresando una personalidad distinta en cada lugar. Esto depende del tipo de suelo, de la altitud, del clima y de las decisiones que se tomen en cada bodega correspondiente.
En Ribera del Duero, excepcional adaptación
Ribera del Duero es el corazón y el origen de nuestras bodegas Matarromera, Rento y Emina. Aquí, la variedad tempranillo se conoce más como tinta del país y ofrece su mejor versión gracias a unas condiciones óptimas y una adaptación excepcional. El clima de la zona, con inviernos muy fríos y veranos cálidos y secos, permite que la uva madure lentamente, manteniendo así su frescura y concentración.
Nuestros viñedos se asientan en suelos calizos, principalmente, aunque algunos situados cerca del río, son más arcillosos.
En los viñedos de más edad, obtenemos bajos rendimientos que son sinónimo de mucha calidad. El resultado: vinos con identidad, muy ligados a nuestra historia y que representan el corazón del proyecto.
En general, la tempranillo de la Ribera del Duero nos da aromas a mora, frutos negros del bosque, con un tanino estructurado y acidez media.
Como Rento, Matarromera Crianza, Emina Emoción o Melior de Matarromera. Son solo algunos ejemplos.

En Rioja, complejidad y elegancia
En DOCa Rioja, encontramos un clima con influencia atlántica y una tradición vitícola que apuesta por la elegancia.
Aquí, la variedad tempranillo se comporta con gran sutileza, complejidad y elegancia. Sus aromas son complejos: frutas rojas y negras (ciruela o fresa), frutas del bosque y notas florales (violetas y flores silvestres).
Y en nuestros vinos se percibe una acidez marcada que le proporciona una gran capacidad de envejecimiento. Además, se caracterizan por ser precisos y actuales sin renunciar a la expresión tradicional.
La tempranillo en Rioja Alavesa se ve influenciada por un clima atlántico, seco y soleado, y la protección del frío y la humedad del Cantábrico que ejerce la Sierra de Cantabria.
Esta excelencia llevó a Carlos Moro a crear su bodega en San Vicente de la Sonsierra y a elaborar diferentes perfiles de vinos con esta variedad: CM Matarromera, CM Matarromera Prestigio, CM Viña Garugele, Garu y Oinoz Crianza.

En Cigales, frescura y personalidad
Si hay una denominación de origen que sorprende al hablar de tempranillo, esa es Cigales. Porque no solo se elaboran rosados o claretes, como se ha pensado durante décadas o como más se la ha conocido; también se está posicionando como una excelente zona para lograr tintos elegantes, frescos y con marcada mineralidad.
Es tierra de viñedos centenarios sobre suelo franco-arcilloso. Las condiciones extremas, combinadas con la diversidad de suelos, dan lugar a vinos rosados y tintos de gran carácter y complejidad.
En nuestros viñedos de Santa Marta de Cubillas, en la D.O. Cigales, empleamos tempranillo para Valdelosfrailes Rosé y Valdelosfriales Clarete; y para nuestros excelentes tintos: Valdelosfrailes Crianza, Valdelosfrailes Reserva y Pago de las Costanas.
Aquí la tempranillo se ha adaptado a un clima continental con influencia atlántica, con fuertes oscilaciones térmicas, durante el día y a lo largo del año, y seco.

En D.O. Toro, intensa y rústica
Es más conocida como Tinta de Toro. Aquí la variedad tempranillo ha adquirido personalidad propia; ya se considera autóctona, al llevar en la zona varios siglos conviviendo con el clima y los diferentes suelos, algunos prefiloxéricos, de Toro.
En un clima continental semi-árido y extremado con influencias atlánticas, de carácter árido, escasas precipitaciones, frío extremo en invierno y gran número de horas de sol, nuestros viñedos consiguen una excepcional maduración de la uva.
Además, en nuestro caso, son todos ecológicos y con el objetivo de obtener vinos más frescos de lo que la tradición de los vinos de Toro nos ha mostrado a lo largo de la historia, como Cyan Roble, Cyan Crianza o los exclusivos Cyan Prestigio y Cyan Pago de la Calera.
A través de estas cuatro denominaciones de origen, en Bodegas Familiares Matarromera demostramos la versatilidad de la variedad tempranillo, que es capaz de darnos tanto vinos jóvenes, frescos y frutales, como vinos con cuerpo, diferentes crianzas y gran capacidad de envejecimiento.
Nuestro compromiso con la calidad, la sostenibilidad y el respeto por el terroir nos lleva a trabajar con la misma variedad de uva, pero con la mirada puesta en el paisaje donde crece y a la que se ha adaptado.

