Disfrutar de una jornada de enoturismo es una de las experiencias que no deberíais perderos este otoño! La época de vendimia es, además, el momento ideal para recorrer los viñedos cargados de uvas ya en su madurez óptima para la recolección y visitar las bodegas, que estos días intensifican su trabajo y viven el acontecimiento del año.
Las bodegas de la Ribera del Duero siempre se han mostrado abiertas a recibir amigos, clientes y turistas y darles la oportunidad de vivir estos días de esplendor junto a todas las personas que se involucran en la vorágine de la vendimia; precisamente, muchas de ellas han sumado a su oferta de enoturismo las experiencias en vendimia.
Visitas al viñedo, cursos de cata, pisada de uva, cata de mostos o talleres de catas de uva son algunas de las actividades, dirigidas en su mayoría a todos los públicos, que os harán disfrutar de un fin de semana con sabor a vino en la Ribera del Duero.
Algunas bodegas van más allá de lo tradicional y ofrecen actividades de Vendimia Premium enfocadas a aquellos que queréis profundizar en la historia y elaboración del vino. Suelen celebrarse durante un fin de semana completo e incluyen alojamiento y almuerzo a base de productos típicos de la zona, como el lechazo asado maridado con vinos de la bodega.
Los cursos de cata dirigidos y de introducción al análisis sensorial son ideales para descubrir y apreciar la esencia de cada vino y os ayudarán a enfrentaros después a una ¡cata a ciegas! en la que comprobaréis todo lo que habéis aprendido sólo dejándoos seducir por los aromas y sabores del vino. Si no tenéis oportunidad de participar siempre podréis organizarla en casa con vuestros amigos y sorprenderlos!
En las bodegas que elaboran vinos de autor, donde cada detalle es cuidado al máximo y el trabajo se realiza de manera prácticamente artesanal, las visitas son mucho más personalizadas. Prometen toda una incursión en la vendimia, recogiendo los racimos y participando en la selección manual de la uva para conocer de primera mano el proceso de elaboración. Las catas del primer mosto, del vino en barrica y del vino terminado os abrirán el apetito a los placeres culinarios que ofrecen los restaurantes de la Ribera del Duero.
Y es que no cabe duda de que el enoturismo es ya un plan a la carta, proponiéndonos un extenso abanico de actividades que se amplía en las semanas previas y durante la vendimia para imbuirnos de una cultura arraigada en esta tierra de larga tradición vitivinícola.