El vino es el resultado de la conjunción de muchísimos factores como procesos fermentativos, labores en bodega, el terroir (que abarca el tipo de uva, el suelo y el clima) y, por supuesto, el cuidado del viñedo. No solo en época de vendimia se trabaja en el campo sino que es una tarea de todo el año que determinará, en gran medida, la calidad de la cosecha y, por ende, del vino resultante.
Una vez que se ha vendimiado en la estación de otoño, que suele ser entre septiembre y octubre dependiendo de las condiciones climáticas, viene el duro invierno y hay que preparar al viñedo para la próxima vendimia. Primero se realiza la pre poda en aquellos viñedos que están en espaldera, siendo generalmente una labor mecanizada que sirve para facilitar la posterior labor de poda en seco.
En primavera se realizan labores de cultivo de mantenimiento para mantener en un adecuado estado el medio edáfico del viñedo; un ejemplo es la eliminación de malas hierbas y mejora de la estructura superficial mediante labores mecanizadas como pases de cultivador. Posteriormente, veremos cómo empieza a brotar la vid y, una vez que los brotes alcanzan un tamaño de unos 30 centímetros, se realiza la poda en verde que aproximadamente suele ser en mayo-junio, antes de comenzar el verano. La poda en verde consiste en seleccionar la cantidad y calidad de aquellos brotes que más interesan, y siempre se realiza de forma manual y por personal cualificado.
Aproximadamente a finales de agosto se produce el envero, que es el cambio de color de las uvas, de color verde a rojas en uvas tintas y de verde a translúcido en uvas blancas. En esta época se realiza el aclareo de racimos que consiste en eliminar aquellos que no hayan madurado lo suficiente, es decir, que continúan verdes y no aportarán las propiedades buscadas.
1 Comentario
Muy interesante. Es una actividad de la que no todos sabemos mucho aunque disfrutamos de su producción. Me ha gustado mucho conocer un poquito más sobre ella.