Esta es una pregunta que suele surgir recurrentemente en todas las visitas. En todas nuestras bodegas apostamos totalmente por la sostenibilidad y, en este punto, el reciclaje ocupa un papel fundamental. Hoy hablamos de un aspecto muy importante: los corchos y su reciclaje.
Ya no es nada nuevo. Todos estamos acostumbrados a reciclar el papel, los envases, el vidrio… Pero, ¿qué hacemos con el corcho? Hoy vamos a hablar de este pequeño gran olvidado que es fundamental a la hora de embotellar el vino.
Sobre el corcho
Los tapones de corcho son un producto totalmente natural que se obtiene de la corteza de los alcornoques. Es un producto sostenible, ya que no se requiere la tala del árbol para su producción, únicamente hay que esperar a que se regenere la corteza del mismo para comenzar con una nueva fabricación de corchos.
Para que el esa corteza tenga un grosor suficiente, deben pasar, aproximadamente, entre 30 y 40 años. Llegado ese momento, con esa corteza ya se puede proceder a la elaboración de corchos. Para las siguientes extracciones pasarán entre 9 y 10 años para conseguir una nueva fabricación. Teniendo en cuenta que la edad de un alcornoque puede rondar los 200 años, cada ejemplar podrá dar lugar a 17 fabricaciones de corchos a lo largo de toda su vida.
Algo fundamental a la hora de hablar de la producción de corchos, es que es un producto totalmente natural, medioambientalmente responsable, biodegadable y, por supuesto, reciclable.
¿Dónde reciclamos el corcho?
Aquí tienes la respuesta a esta gran pregunta. Una vez que hemos terminado una botella de vino debemos reciclar sus componentes. El proceso adecuado de reciclado sería el siguiente.
- Lo primero sería separar las etiquetas de la botella y darle el tratamiento adecuado. Si la etiqueta es de papel (si la puedes romper facilmente con las manos, casi con toda probabilidad, es por que es de papel), deberá ir al contenedor azul. Si de lo contrario, la etiqueta es plástica (cada vez lo son menos en el caso del vino), esta deberá ir al contenedor amarillo.
- En segundo lugar, llegaría el turno de la botella. Al ser de vidrio la respuesta es fácil, debe ir en el contenedor verde.
- Por último, y como respuesta a este post, llega el turno del corcho. En este caso la respuesta es doble y depende del sistema de recogida y selección de residuos de tu ciudad. Lo ideal es depositarlo en el contenedor de orgánico, es decir, el de color marrón, con cuyo contenido se puede hacer compost. En el supuesto de que tu ciudad no disponga de este tipo de contenedor, el adecuado será el gris.
¿Qué conseguimos si cada día avanzamos un poco más en materia de reciclaje? La respuesta está clara. El reciclaje, unido a la reducción y la reutilización de los recursos trae consigo una mayor conservación del medio ambiente. El proceso debe ser precisamente este: reducir el uso de materias primas, reutilizar en la medida de lo posible y reciclar todo lo posible.
Llegados a este punto, podemos recomendarte Emina Emoción, un vino reflejo del proyecto de sostenibilidad de Bodega EMINA.