Ahora que estamos en época de vendimia, miramos hacia atrás y nos damos cuenta de la evolución del viñedo.
La vid es una planta trepadora, cuya propia naturaleza es sobrevivir a las inclemencias meteorológicas. Vamos a estudiar como es la evolución del viñedo a lo largo de un año de vida y cómo ayudar a que crezca la planta correctamente para recoger buenas uvas.
Ciclos vegetativos de la vid
El viñedo es una planta que no crece en climas demasiado fríos ni tampoco demasiado calurosos. En cambio, agradece los altos contrastes de temperatura entre el día y la noche y entre el verano y el invierno. El clima es uno de los principales condicionantes de los ciclos vegetativos de la vid.
Tras la vendimia, con el otoño entre octubre y noviembre, las hojas de la vid comienzan a tomar tonos rojizos, ocres, marrones… hasta que, finalmente, se secan y se caen. En este momento, tiene lugar la poda en seco. A partir de aquí, la planta entrará en un estado de letargo que terminará con la llegada de la primavera.
Con la subida de las temperaturas, llegará el lloro de la vid y la planta despertará. Posteriormente, comenzará el nacimiento de las yemas y, con ella, los primeros brotes. Estos brotes crecerán y darán lugar a los nuevos pámpanos, hojas y, por supuesto, racimos. El crecimiento de la vid es muy rápido, apenas durante unos meses hasta el verano, cuando las temperaturas son más elevadas. Es, en este momento, cuando la planta centra todos sus esfuerzos en los racimos y cuando se produce la poda en verde. En este punto, es conveniente realizar el deshojado para eliminar las hojas y favorecer, así, la maduración del racimo, protegiéndolo o exponiéndolo al sol, según convenga en cada caso. En este momento, se produce el envero, que consiste en el cambio de coloración de la uva. La uva comenzará a madurar hasta que esté lista para ser recogida. Es el momento de vendimiar.
Las podas en el viñedo
Las podas que, año tras año, se realizan en el viñedo son de suma importancia para su correcto desarrollo. Consiste en cortar sarmientos, hojas o hasta partes del tronco para guiar su crecimiento.
- La poda en seco se produce después de la vendimia, para preparar la planta de cara a su letargo durante el invierno. Consiste en la eliminación de los sarmientos.
- La poda en verde se produce durante la primavera, para favorecer el crecimiento de los racimos. Consiste en la eliminación de aquellas hojas y ramas que pueden reducir la disponibilidad de nutrientes de los futuros racimos.
- El aclareo de racimos puede considerarse como un tipo de poda más. Consiste en desechar los racimos que no están en perfectas condiciones (por tamaño, maduración, etc.) y, por lo tanto, son eliminados.
El momento de la vendimia
Uniendo la experiencia de los bodegueros, enólogos y trabajadores del campo con las condiciones de la zona y el estado de maduración de la uva, se decide el momento de vendimia. En este punto, el clima, nuevamente, juega un papel fundamental, ya que la posible llegada de riesgos meteorológicos como heladas, lluvias abundantes, granizo… puede adelantar la fecha de la vendimia. El trabajo de análisis del estado del viñedo que se realiza en el laboratorio es fundamental para la elección del inicio de la vendimia. La toma de muestras en el campo se utiliza para saber cuál es el grado de madurez de la uva.
Llega el momento más esperado por bodegueros y turistas. A finales de septiembre y durante el mes de octubre (dependiendo de la zona, el clima y la variedad de la uva) tiene lugar la vendimia. Durante este proceso se recogen las uvas con las que se elaborarán los vinos ya en la bodega. Esta vendimia puede ser manual o mecanizada. En el caso de los viñedos de la D.O. Rueda, la vendimia suele ser mecanizada y nocturna, aprovechando las bajas temperaturas propias del ocaso. En otras denominaciones de origen, como es el caso de Rioja, Ribera del Duero, Toro o Cigales, se realiza, por lo general, vendimia manual y en cajas.
A partir de aquí, comenzará el proceso de vinificación. Una nueva añada está en camino.