En ocasiones vemos viñedos que entre los líneos tiene una zona verde, esto es, lo que se denomina cubierta vegetal. Esta puede haber aparecido de manera espontánea creciendo la flora natural del suelo del viñedo, o bien plantada con toda la intención por el hombre. En estos casos se suelen poner especies vegetales como gramíneas, cereales, leguminosas, etc.
Hay gente que le parece bonito, y otra gente a la que no, sobre gustos no hay nada escrito. Lo que sí es cierto es que el empleo de cubiertas vegetales en el suelo de los viñedos es una práctica cada vez más extendida. A ciertas personas les produce un impacto visual muy positivo y puede ser atractivo desde el punto de vista paisajístico. Sin embargo, hay personas que el hecho de no ver tierra o suelo entre los líneos puede llegar a parecerle algo descuidado. Aquí nos centraremos en algunas de las ventajas que conlleva y que da respuesta a que esta práctica sea cada vez más utilizada por los viticultores.
En algunos casos, y siempre que se den las condiciones apropiadas, la existencia de flora y vegetación aporta numerosos beneficios. Puede mejorar la textura y estructura del suelo ya que incrementan la biodiversidad, la microflora y mejoran el contenido de materia orgánica del suelo ya que acogen diferentes especies.
Con las raíces de la cubierta vegetal se mejora la aireación y permeabilidad del suelo, además limitan la erosión causada por ejemplo por lluvias torrenciales ya que “sujetan” la tierra.
Al existir vegetación en el suelo del viñedo se genera una cierta competencia con la vid por el agua y los nutrientes lo que posibilita una reducción del vigor de la vid en aquellas variedades con dicha tendencia. Se reduce también el laboreo mecánico del suelo reduciendo la compactación del mismo. Por último pueden evitar los efectos negativos del bloqueo del hierro por parte de algunos suelos que pueden perjudicar al viñedo.
En definitiva, la cubierta vegetal puede ayudar a que el viñedo se mantenga aún más vivo y más bonito.