Cada día recibimos informaciones sobre los efectos que puede llegar a tener el cambio climático en nuestro planeta. Pero, ¿cómo afecta el cambio climático al viñedo? Hoy hablamos con María Sevillano, responsable de medio ambiente y sostenibilidad de Bodegas Familiares Matarromera, que nos descubre las claves.
El vino viene de la uva, la uva se produce en la viña y la viña brota de la tierra. ¡La Tierra! En el sector vitivinícola, al igual que en tantos otros, nos nutrimos de la madre naturaleza como fuente principal de nuestros recursos, y fomentar, diseñar y planificar estrategias de minimización del impacto ambiental es un aspecto clave para velar por aquello que nos sustenta.
A pesar de que todavía existen incrédulos del cambio climático y las consecuencias de sus efectos, lo cierto es que se están observando desplazamientos en las condiciones óptimas de diferentes cultivos que pueden poner en riesgo la economía de muchas zonas rurales.
Como consecuencia de esto, en los lugares tradicionales de cultivo de la vid, ya se están observando efectos en el estado del suelo, la evolución de las cepas o la maduración del fruto. Así, es destacable la descompensación entre la maduración fenólica y sacarimétrica o los pH más altos, que conllevan un trabajo más específico y laborioso en bodega para adaptarse a los requerimientos del consumidor sobre el vino final.
Nuestro compromiso: el medioambiente
En Matarromera, el compromiso con el medioambiente y la conservación de la naturaleza está intrínseco en el ADN de la compañía, y se analizan, estudian y ponen en marcha diferentes acciones para reducir los impactos ambientales. Dichas acciones, contempladas en forma de 10 principios de actuación, se plasman en un proyecto denominado Matarromera Sostenible en Planeta Tierra, en el que punto por punto se identifican oportunidades de mejora y cuestiones sobre las que trabajar para la minimización de emisiones entre otras cosas.
Para empezar, podríamos destacar la posibilidad de ir sustituyendo la energía proveniente de combustibles fósiles (petróleo) por fuentes de energía renovable como la solar. En este sentido, Matarromera ha hecho un gran esfuerzo con la instalación de varias plantas de energía fotovoltaica en diferentes centros para cubrir una parte de sus necesidades eléctricas a través del autoconsumo.
Solo esta medida nos ha permitido reducir más de 100 Tn de CO2 las emisiones a la atmósfera en 2018. Para que nos hagamos una idea de a cuánto equivale la cantidad de 100 Tn de CO2, serían aproximadamente las emisiones de unos 50 coches diésel circulando unos 15.000 km/año.
Además de esta, son varias las cuestiones reflejadas en el plan de sostenibilidad de Matarromera para minimizar las emisiones, la generación de residuos o la optimización de los consumos, que iremos desgranando en próximas publicaciones del blog.