La maduración de la uva es el último paso antes de la vendimia. Cuando la uva haya alcanzado su punto justo de maduración, será recogida y comenzará el proceso de elaboración del vino.
La maduración de la uva es uno de los puntos más importantesde todo el proceso de elaboración del vino. Raquel González, experta en viticultura y miembro del equipo de I+D+i de Bodegas Familiares Matarromera, nos cuenta las claves de dicho proceso.
El proceso de maduración de la uva
Durante el mes de agosto los viñedos viven uno de los procesos más bonitos dentro de su ciclo vegetativo: el envero. Durante este paso, las bayas pasan de presentarse verdes a tomar atractivos tonos violáceos. En este la uva pasa de tener «tamaño guisante» a ser más grande, blanda y jugosa. En esta fase del ciclo la planta pasa por su particular “adolescencia”. La planta deja gradualmente de estimular su crecimiento para propiciar la maduración del fruto. Las cepas centran, a partir de ahora, todas sus energías en las bayas. Desde este momento, los brotes dejan de crecer y los racimos dejan de ser fuente de energía para ser receptores.
Durante este proceso de maduración existe incluso una movilización de las reservas acumuladas en tronco y en raíces, que se dirigen hacia el fruto. La época de madurez y la composición final de la uva madura dependen de varios elementos. Algunos factores son la variedad de vid, la temperatura, la iluminación o la disponibilidad hídrica y de nutrientes minerales que tengan las plantas.
Procesos químicos propios de la maduración de la uva
Hasta que los racimos alcancen la madurez se van a ir degradando algunos compuestos, entre los que destacan los azúcares, los compuestos aromáticos y los pigmentos fenólicos.
Los azúcares
Durante el proceso de vinificación, el azúcar presente de forma natural en la uva se transformará en alcohol y marcará el grado de los futuros vinos. La concentración de azúcares y ácidos, y la relación entre ellos, juegan un importante papel en el proceso de vinificación. La composición de los ácidos de la uva depende de la variedad, características climáticas, y el manejo del viñedo. En general, en las uvas maduras los niveles de ácidos son más bajos en regiones cálidas que en regiones frías.
Compuestos aromáticos
Los aromas primarios (varietales) del vino resultan tanto de los diferentes compuestos volátiles como de los precursores presentes en la uva madura, que liberan sustancias volátiles durante la fermentación. Los compuestos aromáticos están presentes en la piel de la uva. Su concentración aumenta durante la maduración, pero depende de factores como la fertilización, el estado sanitario del viñedo…
Pigmentos fenólicos
Los pigmentos fenólicos determinan el color del vino y también influyen en el sabor (sobre todo en vinos tintos). Estas sustancias fenólicas se encuentran, principalmente, en las semillas y en las pieles de la baya. Los vinos blancos tienen, por lo general, un bajo contenido fenólico. Esto es debido a que existe poco contacto del mosto con la piel y la semilla. Estos pigmentos son los responsables de la capacidad antioxidante, es decir, protegen al vino y hacen que su evolución sea pausada. Es por esto que los vinos tintos soportan mejor el paso del tiempo.