¿Vendimiar de noche o vendimiar de día? La vendimia ya está tocando la puerta de las bodegas y ya somos muchos los que estamos preparados para la que, esperamos, sea una de las mejores vendimias de los últimos años. Una duda que algunos winelovers se preguntan es, ¿por qué algunas veces se opta por una vendimia nocturna? ¿Cuándo se elige vendimiar de día? Hoy vamos a intentar resolver estas dudas.
¿Vendimiar de día? ¿Vendimiar de noche? Aunque parezca que son pocas las razones que avalan tanto un tipo de vendimia como otro, la realidad es que hay muchos motivos que son de suma importancia a la hora de optar por uno de ellos.
Lo fundamental es entender que, tanto la vendimia diurna como la vendimia nocturna pueden llevarse a cabo de forma manual o de forma mecánica para recoger uvas tanto tintas como blancas, aunque es cierto que hay combinaciones que son más comunes que otras.
La vendimia nocturna.
Al margen de lo bucólico que pueda resultar recoger la uva con la compañía cómplice de la luna, la vendimia nocturna tiene algunas ventajas, aunque también presenta inconvenientes…
Como es lógico, la principal diferencia entre estos dos tipos de vendimia radica en la temperatura a la que se recoge la uva. Cuando esta se recoge de noche, se encuentra a una temperatura inferior, lo cual consigue evitar fermentaciones anticipadas, maceraciones no controladas e incluso la oxidación de los mostos.
De noche, con la bajada de las temperaturas, las uvas toman agua de la planta, por lo que ese plus de hidratación reduce el volumen de alcohol de las mismas. Además, cuando las uvas se incorporan al proceso de vinificación a una temperatura inferior, el potencial aromático es mayor.
Conviene hacer la diferencia entre uvas blancas y uvas tintas en este punto, ya que las primeras son más sensibles a estas oscilaciones térmicas.
La vendimia de día.
Quizá este tipo de vendimia sea el más popular. La principal ventaja de este tipo de vendimia radica en la selección de racimos que se hace directamente en el campo. La luz solar propicia que se escojan únicamente aquellos racimos óptimos y de mayor calidad.
En este caso, la uva, debido a la irradiación solar, presenta una temperatura superior y esto propicia su maduración. En todo caso es fundamental la coordinación entre los vendimiadores y la bodega para controlar los tiempos de entrada de uva.
¿Qué pasa con los aromas? Antes hemos mencionado que las uvas que se incorporan con una temperatura inferior poseen un mayor potencial aromático. Entonces, ¿Qué pasa con las uvas que se vendimian de día? Muchas bodegas disponen de cámaras de refrigeración que reducen la temperatura de la uva para evitar posibles problemas derivados de las altas temperaturas.
Podemos resumir diciendo que la mayor ventaja del día es la luz y la de la noche es la temperatura.
La vendimia diurna nos permite ver y controlar mejor los racimos que entran al proceso de vinificación, que de noche se soluciona con controles y selección de uva a la entrada de la bodega. La vendimia nocturna nos permite conseguir uvas a una temperatura óptima que de día solucionamos con cámaras de refrigeración.
Vendimia manual o vendimia mecánica
Este aspecto también es fundamental a la hora de hablar del proceso de vendimia. La vendimia mecánica es más rápida y, en principio menos costosa, ya que, además, requiere de menos personal. Por el contrario, la vendimia manual controla mucho más el proceso ya que los racimos son seleccionados uno a uno en el viñedo.
Para llevar a cabo una vendimia mecánica, el viñedo ha de estar preparado en espaldera, para facilitar el paso de las máquinas recolectoras. En cambio, con la vendimia manual el viñedo puede tener formación tanto en espaldera como manual. Cuanto más estricto sea el proceso de selección de uva, mejor será el resultado obtenido de la vinificación.