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La floración del viñedo

Hace ya unas cuantas semanas que el viñedo comenzó a brotar y que la naturaleza tomo las riendas. El mes de junio y la llega del verano han presenciado un año más, como los futuros racimos han comenzado a florecer. ¿Flores? ¿En el viñedo? Es posible que no te hayas dado cuenta, ya que las flores que aparecen en el viñedo son muy pequeñas y su efímera belleza es casi fugaz, pero nosotros vamos a mostrarte lo que hemos vivido en estos días en el viñedo.

La vid es una planta que también florece, aunque es probable que no lo sepas o que nunca hayas visto sus flores en directo ya que, como decimos, es una flor que dura pocas semanas incluso días.

La vida en el viñedo

El ciclo vegetativo de la vid es uno de esos temas increíbles que nos encanta revivir año tras año. Desde el final de la vendimia, en los meses de septiembre y octubre, la planta ha estado en parada vegetativa hasta el comienzo de la primavera. Es en este momento cuando, con la subida de las temperaturas y la mejora de las condiciones climatológicas la planta despierta y comienza a brotar la vida en el viñedo. A partir de aquí, cada día es una carrera hacia el cielo por miles de yemas que luchan por alcanzar la madurez y dar vida a los mejores racimos. Pero mientras tanto, son muchas las fases que fenológicamente vive el campo.

La floración del viñedo

Precisamente en estos días, como cada año, la llegada de la primavera es testigo de cómo los pequeños racimos que habían aparecido en el viñedo comienzan a abrirse y a dar lugar a pequeñas flores blancas que siempre es interesante estudiar. Cada una de estas flores ‘cuajará’ y se convertirá en una uva, dando lugar a un racimo. Pero, ¿todas las flores se convertirán en uva? Aquí está el milagro de la vida, únicamente las flores que estén polinizadas se convertirán en uva, el resto, simplemente, desaparecerán. Es por eso que es tan importante la conservación de la biodiversidad en el viñedo. La naturaleza se juega la vendimia del año en apenas 10-15 días que las flores se mantienen vivas. A partir de aquí solo queda esperar a que las bayas comiencen a aparecer y a crecer hasta la llegada del envero, que viviremos en los primeros días de agosto.

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